We don't need no modern Jesus

lunes, 2 de junio de 2014

Bastión de tormentas

Cuando alguien muere, se va. Nadie sabe a dónde, pero sabes que con vos ya no está.
No le temo a mi muerte pero si a la de los que me rodean. Temo no saber a dónde ir, pero aún peor, no tener a dónde ir.
Cuando ocurren estas cosas las personas tienden a valorar lo que tienen un poquito más, pero me resulta lastimosa su hipocresía, solo son capaces de recordarlo por unos cuantos días.

En este punto es donde la guerra comienza.
Algunos católicos dirán que Dios se lleva a la gente por una razón divina a la que no tenemos acceso, es cuestión de fe. Otros dirán que Dios solo los recibe al llegar al Cielo.
Los ateos dirán que la muerte es algo de todos los días. Que ocurre para mantener el equilibrio de la Tierra. Muchos mencionarán el karma, no tengo dudas.
Y después están las personas como yo, que no sé para dónde mirar, hacia dónde apuntar. Si fuera católica tal vez encontraría refugio en Dios, pero en este momento, ¿dónde es que está Dios? Prefiero vagar en su inexistencia a creer en este ente que elige llevarse a las personas, y nosotros no tengamos ningún derecho a saber por qué. "Es cuestión de fe". Opino que la raza humana no ha avanzado tanto como cree.

Siempre en algún momento de nuestras vidas nos cuestionamos la existencia de Dios. Me pasa seguido. No hay procesador en mi cabeza que pueda justificarme la existencia de esta entidad. Nunca dejo de buscar ejemplos en donde la gente tiene a Dios de protagonista. Por ejemplo, "te curaste de una enfermedad, ¡Gracias a Dios!" "Pudiste salir adelante, tenes un Dios aparte" No, no, no y no. No. ¿Gracias a Dios? Nunca pude comprender por qué la gente le agradece a Dios cosas que hicieron ellos mismos.

Hoy, creo que puedo decir que mi única filosofía de vida es el karma. Es al igual que Dios, intangible, invisible. Pero elijo creer en eso, porque todas las personas necesitamos creer en algo. En que hay algo más allá, por sobre nosotros. Yo no creo que sea Dios.
Hoy me siento flotar en un bote a la deriva en medio de un bastión de tormentas. Quieta, observando como mi bote se hunde.

Y mientras me hundo una imagen de una pequeñísima frase escrita en papel moneda verde reza: "in god we trust". En Dios confiamos. ¿En Dios confiamos? Miro la muerte a mi alrededor por unos segundos y me cuestiono una vez más su existencia. Dios nos ha abandonado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario