We don't need no modern Jesus

lunes, 16 de junio de 2014

Hojalata

A veces no importa de donde vengas o a donde vayas, o capaz a nadie le importa porque total, a vos tampoco.
Vas por ahí con la armadura de hojalata del abuelo que ya está bastante oxidada, pero vos seguís y seguís aunque se esté cayendo a pedazos. Todos te miran pero vos no miras a nadie, vos no podes ver a nadie que no es lo mismo. Se puede mirar sin ver y ver sin mirar, y a vos ya no te dejan. No les gustó tu forma de ver las cosas, no les gusto porque vos veías lo que ellos no y entonces te dejaron ciego. Pero ciego y todo, seguís mientras la armadura se sigue destartalando.
Casi llegando a anda a saber donde, porque no te importa, sentiste el frío en tu cuerpo por primera vez y solo bastaron dos segundos para que te des cuenta de que el yelmo finalmente había cedido. Y ciego y todo, desnudo y todo, seguiste.
Pero a ellos no les gusto que sigas a pesar del frío que se clava como navajas en tu cuerpo y entonces te cortaron las piernas. No dijiste una palabra porque tus ojos vacíos lo dijeron todo y otra vez, te fuiste a anda a saber donde porque a veces no importa de donde vengas o a donde vayas, pero a veces si.

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